La soledad me arranca
mi cuerpo flota, soy hierba
cortada. Si me llamase agua
creo que la conseguiría.
El color de las flores palidece
y las propias flores se marchitan.
Mientras, vanamente yo vivía
en este mundo en el que caen lluvias sin fin.
de la poetisa Ono no Komachi_小野 小町
(825–900 d.C.)
Estos poemas aparecen en una edición española dedicada a la poesía clásica japonesa (1) El título de esta publicación es El sentimiento de las cosas: el mono no aware, el espíritu del aware, de la emoción nostálgica, descubierto en los mono, los objetos, las cosas.
Si nos dejamos inundar por este sentimiento, sin comprenderlo, es posible que podamos disfrutar de la imperfección, de lo incompleto, de lo oculto, lo solapado, del tacto, la pátina, lo opaco, lo oscuro. En occidente -por lo general- se aprecia más un ideal de perfección más asociado a la luz y el brillo, algo que para un japonés -tradicional- amante de la sombra sería vulgar. Esto nos explica Junichirô Tanizaki en su delicioso libro Elogio de la sombra (2). Ellos -yo también- prefieren el turbio jade que no tiene el colorido del rubí o la esmeralda, ni el brillo del diamante. Aprecia lo tosco, lo descentrado, lo transitorio, lo asimétrico. Lo transitorio, el desgaste por el viento y la lluvia, su decadencia, como una vela que alumbra débilmente en la oscuridad y se consume.
En todas las cosas, la uniformidad es un defecto. Es interesante dejar algo incompleto y por terminar; así se tendrá la sensación de que mediante esa imperfección se prolonga la vida de los seres
Yoshida Kenkō, Tsure zuregusa(3)
El el término wabi-sabi está contenido este sentimiento de las cosas, esta relación íntima que también con una forma de hacer; que es una forma de sentir y de contemplar -en origen- muy relacionado con el budismo. Nos dice mucho de un hacer en el arte que aprecia el proceso y la materialidad a través del trabajo manual: el fundamento de la cerámica.
Jarrón Iga
Kai Tsujimura (1976)
En este jarrón Iga la forma externa desgarrada abraza -y se abre- a la forma interior definida. La idea de la obra es sencilla: parece también abrirse -como una flor- asociándose a lo orgánico (larva, semilla, árbol...) a lo mineral, o a los fósiles: al cambio....al rastro y/o resto del animal o planta que une ambos mundos.
Kai Tsujimura es continuador de una forma de hacer, la de su padre Shiro Tsujimura. No quiero utilizar la palabra "estética" ya que aparte de estar -cada vez más- vaciada de contenido, no se corresponde con la forma de hacer las cosas oriental. Al igual que en otros soportes, la cerámica puede ser una gran"obra de arte"(4). Todo ello depende de la excelencia de la pieza......y de su materialidad.
Photo © Nobuo Okawa
(1) -Roubaud, Jacques. El sentimiento de las cosas. Madrid: Miguel Castellote Editor, Bolsillo Básica, 1972.
Leer el Elogio de la sombra. Aprovecho la ocasión para recordarte -amigo- que debes devolverme este libro, por favor. Es uno de mis libros sagrados, y ahora lo tengo que leer en la Revista El Paseante (nº6)
(3) -Kenko, Yoshida, Tsurezuregusa, ocurrencias de un ocioso. Madrid: Hiperión, 1996.
(4) -Hay que tener en cuenta que en China, o en Japón y en otros países, la cerámica (incluso la utilitaria) se puede considerar un "arte mayor": así es considerada también la caligrafía.
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